LA SOCIOTERAPIA: UN ABORDAJE TERAPÉUTICO PARA EL TRABAJO CON NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES EN SITUACIÓN DE CALLE
La Socioterapia de Alfredo Moffatt desarrollada en los 80s en la Argentina parte de los postulados de la filosofía existencial, la cual trabaja en la construcción de una identidad que ha sido rota en las personas que padecen situaciones de explotación y opresión (1). A este proceso, que se refleja en los modelos tradicionales de salud mental, Moffat llama anacronismo. Diferentes grupos sociales se encuentran en esta situación como son los niños, niñas y adolescentes (NNA) en situación de calle, pacientes internados en instituciones psiquiátricas, personas privadas de su libertad, hombres y mujeres en situación de pobreza extrema. Las personas que viven apartadas de la sociedad en diferentes contextos sufren una ruptura con su pueblo, valores, mitos y folklore; llevándolos a una pérdida de su identidad.
En el caso de los NNA en situación de calle, el mundo adulto que se supone es un mundo de seguridad y en el cual deben confiar representa una amenaza. La inseguridad los lleva a desconectarse la sociedad, por lo que no existe en ellos la posibilidad de elaborar un proyecto a futuro. Viven un presente continuo, en donde bajo los une junto a otros niños de calle y se organizan en una lucha diaria por sobrevivir (2). Este contexto y la búsqueda de paliativos para aminorar la inseguridad, carencias afectivas y las necesidades económicas los llevan a la posible dependencia de sustancias adictivas que representan una alternativa al hambre, frio y sueño de la calle. Además, los pequeños robos que estos grupos realizan, hacen que sean percibidos como un problema a erradicar, saliendo a relucir modelos de resocialización en la reclusión en centros para menores que no poseen ningún tipo de análisis psicosocial de las características de esta población.
Los niños y niñas en situación de calle padecen un acronismo que mantiene sus vidas suspendidas en el tiempo, desarrollan una “identidad precaria” que no permite una configuración de su personalidad. Esta “identidad precaria”, característica de este psiquismo acrónico, se ve reflejada en el uso de sobrenombres en los niños de calle; quienes, por seguridad y miedo al mundo adulto producto de lo vivido en sus familias de origen o de sus experiencias en albergues de los que huyeron, los hace adoptar nombres, apellidos e historias de vida distintas (2).
Todo ello tiene un impacto importante en el psiquismo, que se desarrolla a partir de una autopercepción de la identidad según el contexto social. Este proceso va configurando en la memoria un pasado y un futuro que organizados a partir de expectativas se articulan en un proyecto de vida. Esta construcción es un proceso histórico y cultural que obedece a un tiempo y espacio. También, esta autopercepción de la identidad se configura a partir de la relación con sus padres (reglas, normas de convivencia y costumbres). El niño entonces se reconoce como un ser individual, es decir con una familia que vive en un determinado lugar, la casa entonces es interiorizada como este primer espacio en el que se desarrolla su historia de vida.
En el caso de los NNA en situación de calle, al estar fuera de sus casas no tienen esta configuración, este espacio en el cual desarrollar un proyecto de vida. Para permitir esta interiorización de una familia se busca que lleguen a casas de acogida, donde construyen un entorno alternativo de normas, reglas y costumbres junto con los colaboradores, voluntarios y otros chicos que viven junto con ellos. El espacio físico de una casa de acogida busca nuevamente iniciar ese proceso de configuración de una identidad que se encontraba perdida o estancada, por ello este proceso representa una constante de avances y retrocesos. Este nuevo contexto les da un espacio de reflexión, a partir de la seguridad que aporta el dormir en una cama y tener una comida diaria. Son nuevamente conscientes de sus vidas, pueden pensar en dejar las drogas, retomar estudios y pensar en su futuro desarrollando sus propios proyectos de vida. Este proceso se basa en un acompañamiento constante, a partir de un trato afectuoso y respetando la libertad e individualidad de cada uno.
Por ello, la Socioterapia de Moffatt por su forma de concepción del individuo y la sociedad mantiene vigencia en el abordaje terapéutico y de intervención social con poblaciones en situación de pobreza y exclusión. Presenta otra mirada de los NNA en situación de calle. Toma en cuenta sus condiciones de vida y las dificultades que presentan en su desarrollo psíquico analizadas desde su contexto histórico y cultural. Con todo hace que la comprensión de los NNA sea más integral, otorgando soluciones y alternativas de desarrollo. Parte de la definición del ser humano, en la que a partir del desarrollo de una identidad se puede llegar a la construcción de un proyecto de vida, que será parte de su autorrealización y representará también su contribución a la construcción de una mejor sociedad (1). Asimismo, propone siempre un modelo crítico en su análisis y abordaje, buscando siempre medios alternativos a los comunes establecidos, por lo que está abierto a una constante revisión y construcción producto de la sistematización de experiencias y prácticas (2).
Bibliografía
1. A. Moffatt (1974) Psicoterapia del Oprimido. Ed. Humanitas, Buenos Aires.
2. A. Moffatt (2007) Terapia en crisis, la emergencia psicológica. Edición Bancavida.
Ronald Oria Siapo - Miembro del Colectivo Ccomunes